¿Por qué es importante la regulación emocional para construir relaciones sanas?
Cuestionarnos a nosotros mismos, sentir y saber denominar lo qué nos pasa no es fácil, pero es imprescindible para poder vivir bien en colectivo. Sin esta base la empatía es una palabra muy bonita pero una práctica poco desarrollada realmente entre nosotros. Y es básicamente porque nos faltan herramientas, nadie nos las ha enseñado. A menudo entendemos lo que queremos entender porque nos encaja con lo que ya pensábamos anteriormente, los conflictos nos incomodan, no sabemos acompañar las vulnerabilidades ni respetar las creencias de los otros y por tanto, damos consejos en base nuestra mochila y nuestra realidad. Esto no es practicar la empatía; y sin empatía difícilmente se puede ser asertivo. La empatía es entender y respetar el marco según el cual una persona siente, piensa y actúa de una determinada manera; entenderlo, no juzgar, verlo con sus ojos y poder volver a nuestro cuerpo; a nuestras creencias y realidades. Desde aquí comprendemos, desde aquí enriquecemos nuestro punto de vista y desde aquí podemos cambiar y cambiar nuestros marcos y manera de actuar; individualmente y colectivamente.
Pero sí, es cierto que son muchos años de creencias incorporadas y no cuestionadas, de ver como las emociones nos impactan pero no saberlas denominar demasiado, son muchos años de movernos a golpe de expectativa y a golpe de ilusión. Son muchos años también de solo pensar que el bienestar depende de aquello que pasa fuera de tu cuerpo, de creer que la autoestima está ligada a lo que tenemos o hacemos y a lo que los otros nos reconocen. Por lo tanto, también son muchos años para romper estas mentiras, que lo único que hacen es responsabilizar a los demás de lo que es responsabilidad nuestra. Y esto es muy fácil de escribir, pero es muy difícil de llevar a la práctica. Mucho. Básicamente porque actuamos por automatismos y porque puede ser un proceso doloroso asumir la responsabilidad de lo que eres, del que sientes y de lo que haces. Es liberador, porque te trasladas a ti la capacitado de vivir como quieres vivir, pero a la vez supone romper toda una mochila de mecanismos automatizados que tenemos para ir pasando cada día.
La pregunta es, ¿pasamos bien los días? Los datos en relación a la situación de malestar emocional y trastornos mentales nos dan una respuesta clara: no. Asumimos pues, que cambiar la manera de vivir nuestro día a día en relación a lo que nos pasa no es un capricho, no es un proceso que hacemos desde un lugar de privilegio porque quiero descubrir no sé qué; sino que es una necesidad para hacernos sostenibles como sociedad en todos los campos.
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