https://www.culturaemocionalpublica.com/

Y de golpe te golpea el pecho.

Y sientes un desazón, que aparte de activarte internamente te genera una incomodidad persistente; un pensamiento que se repite y sientes la incapacidad de gestionarte a ti misma y de apaciguar la emoción que rápidamente se extiende por todo el cuerpo. Ya no son solo los pensamientos sino que lo sientes en el estómago, en las piernas, en las manos temblorosas. ¿Y qué ha pasado? Algo te ha impactado, ha roto la armonía en la que tu cuerpo y ninguno estaban; ¿y por qué te ha impactado? ¿Estabas predispuesto a que esto te impactara? ¿Había algún pensamiento latente de los últimos días que han hecho saltar por los aires tu tranquilidad y que de golpe sintieras este malestar intenso? ¿Qué estoy sentido, qué estoy pensando? ¿Estoy respirando?

Bien es cierto que cuando algo nos impacta de manera negativa es porque hay unas creencias, unas expectativas, unas ilusiones que conscientes o inconscientes con este golpe de realidad se rompen; y aquí se enciende la maquinaria que va tomando espacio y más espacio. Cuando estamos en este punto una tiene dos opciones.

La primera es que la emoción te tape absolutamente todo, tome el control de tu cuerpo, con los pensamientos asociados a esta y a la vez que también lo haga de tus acciones. Esta es la respuesta impulsiva, la que todas en algún momento u otro hemos tenido. La que podríamos denominar la respuesta universal por excelencia. ¿Cómo acaba cuando actuamos así? Piensa en la última vez que te pasó. ¿Crees que fue la mejor manera de gestionar la situación? ¿Te sentiste mejor? ¿Comprendiste qué te estaba pasando?

Por ejemplo, tienes una conversación en la que aquello que te están diciendo va en contra de tus valores, de tus principios; sientes rabia y reaccionas impulsivamente y gritando y acabas marchando haciendo un portazo. ¿Te ha pasado nunca? ¿Qué ha pasado después? ¿Has tenido que gestionar la misma conversación y la desavenencia que había entre las personas que formabais parte de esta y a la vez gestionar la reacción que has tenido? ¿Realmente ha estado útil y eficaz reaccionar así? ¿Te has sentido bien?

La respuesta a estas preguntas acostumbra a ser que no, pero que no lo sabemos hacer diferente. Y es cierto, nos enseñan poco a gestionarnos desde otro lugar que sea cuidadoso con nosotros y con los demés y a la vez que nos permita lograr los objetivos que nos proponemos cuando no estamos invadidos por la emoción. La manera de hacerlo es con la regulación emocional cognitiva; esta nos permite tomar mejores decisiones, tener el control de nuestras emociones y poder regularlas y dar unas respuestas que nos generen mayor satisfacción. En el siguiente artículo te lo explicamos.

Abrir chat
Bon dia,
estem aquí per ajudar-te...
--------
Buenos días,
estamos aquí para ayudarte...